Desequilibrio, fuente de progreso y evolución.

El concepto de equilibrio está altamente valorado en nuestra cultura. Se asocia con estabilidad, paz y armonía. Aunque en realidad, lo que nos da es una falsa sensación de control. La verdadera paz se alcanza cuando se acepta que el equilibrio no es más que un efímero estado de reposo entre 2 estados de desequilibrio, y que lo único que controlas es la actitud que decides mantener ante esta situación.

Pongamos por ejemplo la práctica del slackline. Por si no lo conocéis, es una actividad que implica caminar, correr o mantener el equilibrio a lo largo de una cinta plana suspendida y tensada entre dos anclajes. A cada instante, avances o no sobre la cinta, tu cuerpo tiende al desequilibrio. Serán las presiones correctivas en distintos músculos, de distintas zonas, de tu hemisferio derecho o izquierdo, lo que buscará el equilibrio. ¿Cuánto dura ese equilibrio sin que tengas que hacer algo para recuperarlo?

También en la vida real es el desequilibrio el que juega un papel crucial en el progreso y la evolución. Lejos de ser una anomalía a evitar, el desequilibrio es una fuerza impulsora que nos empuja a adaptarnos, crecer y evolucionar.

La vida es movimiento. Nada permanece en un mismo estado. Todo cambia y se transforma.

En la raíz de ese movimiento se encuentra un desequilibrio, una alteración de la homeostasis morfológica, física, psíquica, emocional o espiritual que nos impulsa como individuos y como sistema. Y es gracias a que la vida -con su inteligencia superior- siente y percibe, que podemos experimentar el desequilibrio, la tensión, la incomodidad y toda sensación o emoción que nos desplaza del eje, del centro, para impulsarnos a volver a él. Al movernos nuevamente en busca del equilibrio, tenemos la posibilidad de aprender e integrar cada experiencia, cada vivencia, y así evolucionar.

A veces esto es un proceso consciente, a veces no lo es. Le ocurre a una gardenia, a un alacrán, a los planetas y a ti. Puede ocurrirte “a ti” o “en ti” (ej: alteración en tu microbiota intestinal), y puede suceder dentro de tu umbral de percepción o fuera del mismo.

Ahora bien, si te fijas, todo lo que hacemos es un intento de mejorar el estado en el que estamos.

Estado -> Acción -> Resultado

Hay algo en cada estado que nos impulsa a una acción para alcanzar un resultado. Ese “algo” es un desequilibrio.

Me siento cansado -> me acuesto a dormir -> estoy descansado

El desequilibrio en la vida es tan real como la gravedad en la tierra. Es el indicador que tenemos los seres vivos para detectar la existencia de una desviación, de una carencia, de una necesidad, o bien de un exceso que requiere un intercambio con el entorno; bien para tomar algo de él, bien para deshacernos de algo.

Entender el desequilibrio como algo orgánico, como algo positivo y necesario para la evolución, es clave para afrontar los retos de la vida y del día a día con una mentalidad positiva que nos empodere, a la vez que fortalezca nuestra resiliencia.

El desequilibrio como motor del cambio

Para las personas, el desequilibrio puede surgir cuando nuestras circunstancias, habilidades o conocimientos ya no son suficientes para enfrentar nuevos desafíos. Este desajuste puede generar incomodidad y estrés, pero también es la chispa que enciende el fuego del cambio. Históricamente, los grandes avances en la humanidad han sido resultado de periodos de desequilibrio. Las revoluciones científicas, los cambios sociales y los avances tecnológicos a menudo nacen de la necesidad de resolver problemas que el equilibrio anterior no podía abordar.

Teoría de la evolución, un ejemplo.

En la naturaleza, la teoría de la evolución de Charles Darwin ilustra perfectamente cómo el desequilibrio conduce al progreso. Las especies enfrentan constantes cambios en su entorno. Aquellas que no se adaptan al desequilibrio generado por nuevos predadores, cambios climáticos o competencia por recursos, están condenadas a la extinción. En contraste, están las especies que se adaptan, evolucionan y desarrollan nuevas características que les permiten sobrevivir y prosperar. Así, el desequilibrio en el entorno y en el medio ambiente es un catalizador de la evolución biológica.

El Desequilibrio en la vida personal y profesional

En nuestra vida cotidiana, el desequilibrio se manifiesta en diversas formas: cambios de empleo, problemas de salud, relaciones que se transforman o se terminan, crisis financieras, etc, etc. Aunque inicialmente estas situaciones pueden parecer desalentadoras, también ofrecen oportunidades significativas para el crecimiento personal y profesional.

Crecimiento personal

El desequilibrio nos obliga a salir de nuestra zona de confort. Nos empuja a desarrollar nuevas habilidades, adquirir conocimientos y reevaluar nuestras prioridades y valores. Por ejemplo, perder un empleo puede ser una experiencia devastadora, pero también puede ser una oportunidad para explorar nuevas carreras, aprender nuevas habilidades o incluso emprender un negocio propio. Las crisis personales, aunque dolorosas, a menudo nos traen como regalo nuevas dosis de autoconocimiento, a la vez que promueven nuestra fortaleza emocional.

Progreso profesional

En el ámbito profesional, el desequilibrio es igualmente importante. Las industrias evolucionan constantemente, y aquellos que no se adaptan a los cambios tecnológicos o de mercado quedan rezagados. Los profesionales que abrazan el desequilibrio y lo ven como una oportunidad para innovar y mejorar son los que lideran el progreso. Las empresas que fomentan una cultura de adaptación y aprendizaje continuo son las que sobreviven y prosperan a largo plazo.

El papel del desequilibrio en la creatividad y la innovación

El desequilibrio también es un motor clave de la creatividad y la innovación. Cuando nos enfrentamos a problemas complejos y desafiantes, nuestro cerebro se ve obligado a pensar de manera diferente, a buscar nuevas soluciones y a ser más creativo. Las grandes innovaciones y avances a menudo surgen en tiempos de crisis, cuando el desequilibrio obliga a las personas a abandonar las soluciones tradicionales y explorar nuevos enfoques.

Ejemplos de Innovación

Muchos de los inventos más significativos de la historia han surgido en respuesta a periodos de desequilibrio. La invención del automóvil, la computadora y el internet, por ejemplo, fueron respuestas a la necesidad de resolver problemas complejos y mejorar la eficiencia. En el ámbito empresarial, las compañías que han logrado revolucionar sus industrias, como Apple, Google y Amazon, lo han hecho enfrentando el desequilibrio y utilizando la innovación como herramienta para superarlo.

Conclusión

El desequilibrio, lejos de ser un estado negativo que debe ser evitado, es esencial para el progreso y la evolución. Nos desafía, nos saca de nuestra zona de confort y nos impulsa a adaptarnos y crecer. En la naturaleza, en nuestra vida personal y en el ámbito profesional, el desequilibrio es una fuerza poderosa que nos permite innovar, desarrollar nuevas habilidades y alcanzar nuestro máximo potencial. Aceptar y abrazar el desequilibrio puede ser incómodo, pero es un paso necesario hacia un futuro lleno de oportunidades y progreso.

Cito una frase que me ha gustado mucho (de una marca de relojes): “Aunque todos buscamos el equilibrio, es el desequilibrio lo que nos impulsa a movernos… perpetuamente.”

Preguntas de reflexión:

¿Cómo sería para ti entender el desequilibrio como una fuente de información que te ayuda y nutre para seguir evolucionando?

¿Qué cambiaría si pensases que el estado en el que estás es el que necesitas para seguir moviéndote hacia donde quieres llegar?

¿Cómo sería explorar el camino hacia un nuevo equilibrio con curiosidad y entusiasmo por todo lo que puedes aprender o descubrir?

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